1. Para saber cuánto comemos realmente
Pesar la comida no es una señal de restricción, sino de consciencia. La mayoría de las
personas subestima las cantidades que consume. Medir las porciones permite entender lo
que realmente se come y educar el ojo para ajustar sin obsesionarse.
2. Porque la comida se pesa por objetivos distintos
Cada persona tiene un objetivo: pérdida de grasa, mantenimiento o mejora del
rendimiento. Pesamos no para comer menos, sino para comer lo que corresponde a
nuestras necesidades reales.
3. Para educar la mente y crear hábitos
Durante un tiempo, pesar los alimentos enseña a visualizar las porciones correctas.
Después, se puede comer de forma intuitiva con criterio. Es una herramienta de
autoconocimiento, no de control extremo.
4. Porque la mayoría come poco (y mal distribuido)
La mayoría de las personas no llega a sus requerimientos de proteínas ni carbohidratos.
Eso provoca fatiga, estancamiento, dificultad para ganar músculo y más ansiedad. Pesar
los alimentos ayuda a cubrir las necesidades reales del cuerpo.
5. Para tener una gestión calórica consciente
Cuando se busca definición, rendimiento o competición, conocer las cantidades aporta
precisión. No se trata de contar calorías para siempre, sino de tener una referencia
realista para comer con inteligencia.
Conclusión pesar la comida no significa estar a dieta. Significa comer con consciencia, entender lo
que el cuerpo necesita y dejar de comer por debajo de nuestras necesidades. No es
restricción, es educación nutricional