hermosos yogis
Nos encontramos en plena temporada de yin extremo, una etapa fascinante y profundamente útil para nuestro crecimiento. Quiero compartir con ustedes algunas reflexiones sobre este momento especial del año.
Es natural que, para algunos, el invierno se sienta como un desafío. Tal vez hayan notado que hay más cansancio en el aire, que los proyectos avanzan más lento o que cuesta un poco más llegar al mat (esterilla). La naturaleza misma nos invita a ir hacia adentro, mientras que, paradójicamente, diciembre puede llenarnos de luces y eventos que nos empujan al yang.
En Medicina Tradicional China, el invierno está regido por el elemento Agua, símbolo de fluidez, lentitud y transformación. Es el elemento que nos enseña sobre la paciencia y la persistencia necesarias para la vida. Como dicen las antiguas tradiciones de Irlanda, “toda la vida comienza en la oscuridad: la semilla bajo la tierra, el pollito en el huevo o el bebé en el útero”. Este es un tiempo para prepararnos antes de que la luz regrese.
Mientras nos acercamos al día más corto del año, el mundo natural nos regala la oscuridad. En el Daoísmo, la oscuridad es ese espacio profundo del Yin donde todo nace y donde la restauración se vuelve posible. Aunque es fácil pensar en las celebraciones del solsticio de invierno como una bienvenida a la luz que viene, también hay magia y misterio reales que habitan en la oscuridad.
La luz y la oscuridad surgen juntas y dependen una de la otra, tal como demuestra el símbolo del Yin-Yang. El Yin, en esta etapa del ciclo, nos invita a adentrarnos en lo femenino, en el misterio y la reflexión. Durante estos días oscuros, los invito a detenerse y rendirse al cálido abrazo de la lentitud y el Yin, confiando en que actuarán como algo renovador para cuerpo y mente.
¿Cómo podemos aceptar y honrar este momento y el elemento Agua?
💧 Practicando paciencia.
💧 Permitiéndonos la inactividad y la introspección.
💧 Abrazando los misterios de la vida, reflexionando sobre sueños e imaginando nuevas posibilidades.
💧 Explorando la voluntad que necesitamos para enfrentar y disolver nuestros miedos.
El yin yoga es una herramienta maravillosa para sintonizarnos con esta temporada y escuchar lo que nuestro cuerpo y mente necesitan.
Aprendamos juntos a fluir con lo que la naturaleza nos ofrece. No hay mejor forma de vivir en armonía.
Un abrazo cálido,
Dany