Noviembre nos invita a detenernos. A mirar con calma lo que ya es, sin necesidad de hacerlo distinto. Después del movimiento de los meses anteriores, este es un tiempo de pausa, de madurez, de respiración profunda. Todo se vuelve más lento: la luz cambia, el cuerpo pide descanso, la naturaleza se recoge. Y nosotros, como ella, podemos dejar de correr.
Presencia no es ausencia de acción, es la plenitud del instante. Es soltar la urgencia de “ir hacia” para permitirnos “estar en”. Habitar el presente como si fuera suficiente —porque lo es—, sin la exigencia de lograr, demostrar o anticipar.
Cuando soltamos la inmediatez, aparece la gratitud: la capacidad de reconocer la belleza en lo sencillo, en lo que ya tenemos, en lo que simplemente es. Cada respiración, cada encuentro, cada silencio se vuelve un recordatorio de que estamos vivos.
Noviembre no es todavía invierno, pero ya guarda esa quietud que anuncia el descanso. Es un mes para agradecer sin prisa, para observar sin juzgar, para sentir sin huir.
Os envío las playlist:
Hatha: https://open.spotify.com/playlist/5Erkpyvie5h7zBlKuw4JBu?si=795caf593fb149a0
Vinyasa: https://open.spotify.com/playlist/3GDoEzLJXbpSH7h4h3VEsW?si=320bdc61674848ac
Yin yang: https://open.spotify.com/playlist/7CoN1wCtpIIDmOGpj4ZlxI?si=d2298a4564f54631
Yin: https://open.spotify.com/playlist/4xV0KXEOVsDdyevRfSxXUD?si=e12df802d8dc4f14
Nos vemos en la esterilla,
con presencia y gratitud
— Dany
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